- Redacción
Ecuador después del paro nacional: ¿cómo apagar un país en llamas?
Quito fue el epicentro de enfrentamientos entre manifestantes y fuerza pública durante el paro nacional que organizó el movimiento indígena, que duró dieciocho días y que casi provoca la destitución de Guillermo Lasso. Pero el asunto en Ecuador comienza tiempo atrás. El fósforo que encendió la mecha fue el precio de los combustibles, lo que elevaría el costo de la vida en general en un país con una deuda histórica con los pueblos indígenas.

La Patria fue el campo de batalla. Es casi una metáfora perfecta porque la avenida Patria, una de las principales vías en el corazón comercial de Quito, fue el epicentro de los enfrentamientos entre manifestantes y fuerza pública durante el paro nacional organizado por el movimiento indígena que duró dieciocho días en Ecuador, entre el 13 y 30 de junio. Aquello fue una batalla en gran parte del país, especialmente en la Sierra y la Amazonía: al menos seis muertos —cinco manifestantes y un militar—, casi seiscientos heridos, 162 detenidos, once unidades policiales y 117 patrulleros destruidos, más de 240 agresiones contra la prensa, la toma por la fuerza de los edificios de gobernaciones provinciales, el desabastecimiento de productos básicos y gas de uso doméstico, enfermos en riesgo por falta de oxígeno en los hospitales debido al cierre de las vías. Y la lista sigue.
Es sábado 2 de julio —dos días después de la firma del Acta por la Paz, el acuerdo entre el Gobierno y el movimiento indígena que permitió poner fin a todo— y en la avenida Patria aún quedan huellas de los destrozos. Aunque han vuelto el ruido, el tráfico y los artistas que exponen sus cuadros los fines de semana en la vereda que da al parque El Ejido, aún se ven piedras por la calzada, los vidrios rotos en la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía General, los grafitis que dicen “Las balas que tiraste te van a volver”, “Fuck the police” o “Viva la violencia revolucionaria”.
En el parterre, Luis Ugsha, un obrero contratado por el Instituto de Patrimonio de Quito, lleva una hora limpiando, con su trapo empapado en tíner, una frase pintada en negro sobre el busto de Juan Aurelio Villagómez, “eminente jurisconsulto quiteño”. La frase, que ya casi desaparece, decía “Fuera Lasso”, en referencia al presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, un exbanquero de centro-derecha que se posesionó en mayo de 2021, hace poco más de un año.
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